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Homilías de José Román Flecha



Lunes, 28. Abril 2025 - 12:04 Hora
DOMINGO 3º DE pASCUA /C

LA MISIÓN DEL PASTOR

El domingo tercero de Pascua leemos la respuesta de Pedro a los dirigentes judíos, que le prohíben hablar y actuar en el nombre de Jesús (Hch 5,27-41).
• “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Con aquella prohibición, los dirigentes no reflejaban las necesidades del pueblo, sino sus intereses personales y de grupo y
su deseo de mantener su seguridad y sus privilegios.
• “El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús”. Aquella prohibición no respetaba la experimentado la presencia del
Resucitado, del que se decían testigos.
En este momento de turbación y persecución, los testigos de Cristo pueden repetir la promesa del salmista: “Te ensalzaré, Señor, porque me has librado” (Sal 29).
Es más, con el Apocalipsis reconocemos al Señor como nuestro liberador y proclamamos el poder, el honor y la gloria que merece el Cordero degollado (Ap 5,11-14).

DE NUEVO, JUNTO AL LAGO
Jesús había encontrado a sus discípulos a la orilla del Lago de Genesaret. Una vez resucitado, por medio de María Magdalena les pide que vuelvan a Galilea. Y allá vuelve el
Señor para repetir los gestos de la llamada original (Jn 21,1-19).
• De nuevo los discípulos pasan por la experiencia de una noche de pesca infructuosa. Y de nuevo la obediencia al Señor los lleva a llenar sus redes con una gran cantidad de peces.
• De nuevo, el Señor toma el pan y el pescado y lo reparte entre sus discípulos. Y de nuevo aquellos gestos hacen visible su misericordia y su entrega personal a los que él ha
elegido
• De nuevo Jesús, dirige a Simón Pedro aquella misma palabra con la que lo llamó en otro tiempo: “Sígueme”. Y de nuevo esa palabra resuena como la invitación al discipulado.

EL AMOR Y LA MISIÓN
En el marco de la última cena, Pedro había prometido seguir a Jesús hasta la muerte, sin embargo, por tres veces declaró no conocerlo. Ahora, el Resucitado no pretende reprender
al discípulo por su infidelidad. Viene a comprobar su amor y confiarle la misión del pastoreo.
• “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”. A las tres negaciones de Pedro corresponden tres preguntas de Jesús. Quiere saber si Pedro lo ama, o al menos si lo quiere. El Maestro parece
querer acomodarse a las posibilidades y la fragilidad de su apóstol.
• “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús conoce la generosidad de Simón, pero también conoce su debilidad. Ahora como entonces, Jesús espera de sus discípulos al menos una confesión de amor.
• “Apacienta mis corderos y mis ovejas”. Jesús había prometido a Simón el encargo de ser pescador de hombres. Ahora utiliza una nueva imagen para reflejar la misión que le
confía. Ha de ser pastor del rebaño, por el cual el Pastor bueno había entregado la vida.
- Señor Jesús, gracias porque siempre estás dispuesto a concedernos una nueva oportunidad. Tú sabes que también nosotros somos cobardes e incoherentes. Pero sabes
también que te queremos y agradecemos tu llamada. Ya que nos has confiado una misión en tu rebaño, ayúdanos a seguirte con fidelidad y a ser testigos de tu misericordia Amén.

EL PASTOREO
“Apacienta mis corderos? (Jn 21,15.17)
1. Hoy es difícil ver un rebaño de ovejas y corderos. ¿Seremos capaces de imaginar la experiencia del pastoreo?
2. Jesús parece examinar la seriedad y la verdad del afecto que Simón Pedro dice profesarle.
¿No nos dirige el Señor cada día esa misma pregunta?
3. ¿Responden nuestras actitudes y nuestras responsabilidades personales a las palabras con las que afirmamos nuestra fe?
4. ¿En un mundo marcado por la indiferencia ante los demás y por el desinterés ante lo religioso,
qué puede significar una declaración de amor a Jesucristo?
5. En un momento en el que nos ha tocado asistir a la muerte de un papa y a la elección de otro, ¿oramos con sinceridad por el pastoreo que les ha sido confiado?
6. ¿Estamos dispuestos a reconocer y agradecer la responsabilidad que ha sido confiada al obispo de Roma frente al rebaño del Señor?
7. ¿Y yo estoy preparado para reconocer con humildad y coherencia el papel que me corresponde en el rebaño del Señor?


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