Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
Jueves, 26. Septiembre 2024 - 23:03 Hora
XXVI Domingo TO (ciclo B)
1L.- El espíritu de Dios lo tiene el profeta como un don gratuito, no para propia utilidad, sino para servicio. Moisés recibe ayuda de Dios en la guía del pueblo de quienes, como él, son testigos del espíritu. Cuando todo el pueblo lo reciba y pueda dar testimonio, será la plenitud escatológica.
2L.-Santiago ve en las telas apolilladas y en los metales enmohecidos la prueba de la avaricia de los ricos y la causa de su condena cuando llegue el juicio de Dios.
El autor denuncia el escaso valor que tienen los bienes y tesoros en los que los ricos han puesto su corazón
Evangelio.-Jesús había enviado a sus discípulos a predicar el evangelio en Galilea. Cuando regresan, cuentan a su Maestro lo que les ha sucedido. Juan le pregunta sobre el modo como se habían comportado con un exorcista, a quien le habían prohibido arrojar demonios en nombre de Jesús porque no era del grupo. Jesús no reprueba abiertamente esta conducta, aprovecha la ocasión para enseñarles lo qué deben hacer en adelante en casos parecidos.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús nos llama a la generosidad y apertura hacia los otros: el que no está contra nosotros, está con nosotros.
Los cristianos, en lugar de imaginarnos hostilidades y crear enemigos, tenemos que contar y cooperar con todos los hombres de buena voluntad, que trabajan por el bien.
Todos los seres humanos pertenecemos a la misma familia. Entre seres humanos no debe caber la división o la discriminación bajo pretexto de las diferencias. Que han de servir para enriquecer y multiplicar la eficacia de la actividad humana, no para la desigualdad, las hostilidades y las guerras.
En este mundo, dividido y confundido, los cristianos tenemos que trabajar por la unidad, y luchar por erradicar todo cuanto divide y enfrenta a los hombres. Hay que desenmascarar toda ideología que pretenda segregar a los hombres. Para Jesús los nuestros son todos los que no están expresamente contra nosotros. Debemos alegrarnos cuando se trabaja desde cualquier ámbito en favor de la justicia y paz. Pero significa también que podemos y debemos sumar nuestros esfuerzos a los de todos los hombres de buena voluntad, aunque no compartan la misma fe o cultura. La fe cristiana no puede ser un pretexto para el separatismo o la discriminación, sino fuerza de Dios para la unión de esfuerzos en favor de la justicia, de la igualdad y de la fraternidad.
Sábado, 21. Septiembre 2024 - 08:42 Hora
Domingo XXV TO (ciclo B)
1L.- el autor sagrado usa la imagen del siervo paciente para hacer el retrato del justo desde el punto de vista de los impíos. Estos le ponen a prueba, para ver si se mantiene; y ponen a prueba a Dios, para ver si se ocupa de él. Será la reacción ante su reto la demostración de que Dios está con el.
2L - Hay una falsa sabiduría de la vida que se opone a la sabiduría de Dios. Es de aquellos que no buscan otra cosa que su proyecto. Es origen de todos los males, de las envidias y de las peleas que siembran el desorden y hacen imposible la convivencia.
En cambio la auténtica sabiduría tiene otro origen y produce otros frutos. El hombre permanece insatisfecho porque no pide a Dios lo que realmente necesita, no pide bien.
Evangelio.- Cuando Jesús habla de su pasión, los discípulos tenían miedo de preguntarle porque intuían que su respuesta iría en contra sus de sus ambiciones. Malinterpretan el Reino, solo piensan en el lugar que les va a corresponder como ministros o consejeros. Jesús aprovecha la discusión entre ellos para aclarar las condiciones de ingreso en el Reino: pasar por el sufrimiento del Mesías y presentarse en él como siervos y pobres.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Cristo deja claro que para entrar en el Reino es preciso ser como un niño: sencillo y no ambicionar puestos, sino hacerse el siervo de todos y ofrecer amor a los más insignificantes. Establece como condición ser simple como un niño, estar abierto al porvenir y dispuesto a servir... El
niño es para Jesús alguien necesitado, pobre; alguien que no es considerado por los demás, que ocupa el último lugar de la casa. Por eso lo propone como símbolo de los que son sus preferidos. Así ha querido concretar la ética del Reino a las actitudes y valores infantiles. Lo cual implica:
1° Poner lo pequeño en el primer puesto de nuestra consideración. Buscar los servicios más humildes.
2° Ponernos en actitud de disponibilidad y servicio con quienes no podrán devolvernos el favor. La humildad y la pequeñez son la llave del Reino. Solo el que se humilla será enaltecido. Cuentan que el diablo se apareció un día a San Mauricio y para tentarlo le dijo:
- Todo lo que tú haces, lo hago mejor yo. Tú ayunas, y yo no como nunca, tu velas, y yo jamás duermo.
Contestó el santo: - Una cosa hago yo que tú no puedes hacer, contestó Mauricio.
- ¿Y cuál es?
- Humillarme.
Habrá que preguntarse si hemos aprendido la lección insistente de Jesús sobre la entrega por los demás; si estamos dispuestos a achicar nuestras pretensiones
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